Esta foto de la rana petrificada, a simple vista se puede decir que no es espontánea, el motivo del cual la monte sobre la banqueta de la alberca es simple, sonde la encontré me era difícil capturarla bien y les contaré una simple y corta historia sobre ella.
La historia de la rana petrificada
Un día asoleado y si bien recuerdo en fin de semana, de esos que llegas a podar el patio de los jefes, después de una sesión con la podadora sobre el césped, quise empezar por una esquina del patio, ahí se encontraba una planta de esas que crecen alto, abundante y de ramas delgadas pero con espinas filosas, no es que omita el nombre, es que ignoro completamente sobre botánica.
Encaramado sobre la escalera y mi machete afilado, empezando a tasajear por todos lados, sobre las entrañas de aquella planta hostil, empiezo a ver un rostro extraño y profundo, al principio pensé que era una clase de duende por la posición en la que se encontraba la rana.
Entre más curiosidad me daba, mas meticulosamente cortaba las ramas, no quería estropear aquella forma extraña el cual parecía estar atrapada.
Como lo dije, el sol estaba fuerte, creando sombras duras y me hacia imposible tomar una buena foto por la altura y lo incomodo, al casi llegar a ella con mucho cuidado, ya pude notar que se trataba de una rana petrificada, la pobre prácticamente se suicido al trepar a descansar ahí, no supo que sería su fin, lo supongo ya que me imagino que por el movimiento de las ramas con el aire brusco, la hizo caer y entre enredarse sobre aquellas afiladas y apiladas ramas hostiles, tanto que no pudo zafarse nunca.
Después de admirarla un buen rato, y después de haber descansado tomándome un agua fresca y haberme fumado un cigarro, procedí a cortar estratégicamente ciertas ramas, solo para aflojar un poco y que no se cayera, me puse mis guantes y decidí subir un poco más para poderla agarrarla.
Y la historia termina en ponerla sobre la banqueta en una posición creativa. Creo que pudiera parecer horripilante y digna para un personaje de terror.